Cada vez que alguien dice «sidriña» muere un gatín.

Un estudio del C.I.S.P.V. (Centro de Investigaciones Sociales y Pijaes Varies) acaba de hacer pública la dramática estadistica. La defectuosa pronunciación del zumo asturiano, no solo hace daño en los oidos del más paciente, además, produce la muerte instantanea de un minino.

Según revelaba el citado estudio, la pronunciación de la palabra «sidriña» ya es la segunda causa de muerte de gatos en Asturias, solo por detrás de los restaurantes chinos y muy por delante de decir «las fabes» «fiesta de prado» o «las muyeres».

Compartir