Tras una avalancha de demandas de consumidores y fabricantes de automóviles, la Audiencia Provincial Asturiana ordenó ayer el cierre definitivo de las polémicas estaciones de servicio “Fabes y Sidrina”.
En el auto del caso, su señoría deja meridianamente claro que los creadores de la red de estaciones se aprovecharon de la “sabiduría popular” de los asturianos para engañar a miles de clientes por todo el Principado.
Durante el proceso, un experto equipo de ingenieros y químicos, demostraron mediante pruebas empíricas que el motor de un coche en ningún caso puede funcionar con una mezcla de fabes y sidra natural. Todo lo contrario, tras repostar con el supuesto “combustible alternativo”, el vehículo se detenía a los pocos kilómetros y quedaba seriamente dañado.
Julián Antuña, responsable del equipo técnico que hizo las pruebas, nos decía:
“Naaaaa… definitivamente con fabes y sidrina SÍ fai falta gasolina. El que dijo aquello era un pufista, un fartón, o ambes coses. Después de probar un cientu veces siempre pasaba lo mismo: antes de llegar al primer semáforo, ¡el coche quedaba pa Cañamina! Eso sí… al repostar salía un olorín muy ricu del surtidor, y mientras el carro funciona… ¡pega unos petardazos de la Virgen!”