Año 1755. Un seísmo de 9 grados en la escala de Richter con epicentro en Lisboa provoca un tsunami de grandes dimensiones en la costa de Cádiz, Huelva y Llanes. Los daños fueron devastadores, como bien refleja la cifra de más de 1.200 muertos que se llevó por delante, todos andaluces. El desastre fue de tal calibre que en Chipiona, una de las zonas más afectadas, nació Rocio Jurado. Casi dos siglos y medio después, el fenómeno podría volver a reproducirse… y España tiene un plan de emergencia para hacerle frente: LA BOLSA DEL PRYCA.
A pesar de que según varios expertos, España no ha puesto dinero para financiar un sistema de alerta contra tsunamis, el gobierno lo desmiente: “Esas bolsas son la vida, igual metes un fuet que sobrevives a un maremoto. Y por 5 solo céntimos”. Asociaciones pro-vida ya han puesto el grito en el cielo pero el Ejecutivo se defiende y ratifica su PLAN ANTI-TSUNAMIS basándose en tres puntos claves:
Uno, todas lo mayores de 60 años lo utilizan cuando llueve. “Ellos son fuente de sabiduría; y cuando empeora el tiempo se ponen una bolsa de pryca en la cabeza. Por algo será, ¿vas a contradecir a esa madre que te dió la vida?”. El segundo punto tiene más que ver con la lógica aristotélica: “A ver, si viene un tsunami eso no lo para ni los Geos, entonces mejor usar las bolsas, que van a dar el mismo resultado. Y lo que ahorramos los invertimos en TIRITAS”. Y punto tres: “¿Realmente alguien probó si sirve o no? ¿Entonces para que habláis, coño? Que en todo os tenéis que meter”, terminó apostillando el portavoz del gobierno.
Y es que el tsunami del pasado puede volver a ser real en un presente no muy lejano. Según diversos expertos en caso de que se produjera la catástrofe, el Golfo de Cádiz sería el más perjudicado. Sin embargo, sus habitantes no lo notarían porque aprovecharían para hacer surf y CHIRIGOTAS. Posiblemente los más perjudicados seríamos los asturianos, ya que a la costumbre casi ancestral de no llevar paraguas se une el hecho de que consideramos “orbayu” todo el agua que cae del cielo y haríamos lo mismo con el tsunami.
Sin duda, la polémica está servida. De momento, grandes superficies como Hipercor, Lidl o SIMAGO ya han aprovechado la coyuntura y prometen comercializar una bolsa similar a la del Pryca pero con código de barras. Y si juntas 10, te regalan una tabla de surf para que sobrevivas al tsunami y además disfrutes las olas.