El accidente tenía lugar el pasado viernes, 7 de diciembre, sobre las 21:30 de la noche en la Gran Vía de Madrid. Cuando el fallecido, pese a las últimas restricciones de Manuela Carmena, circulaba a pie y con el patinete en la mano a la altura de la Plaza de Callao.
A esa misma hora, Pelayo García Castañón, de 38 años y natural de Sama de Langreo, volvía a casa tras la comida navideña de su empresa. El asturiano, un hombre corpulento de 188 centímetros de altura y más de 100 kilos de peso, fue sorprendido por el patinete eléctrico y nada pudo hacer por evitar el fatal accidente.
“¡Te juro por mi madre que yo no lu vi venir! Ye verdad que iba un poquitín enfiláu… desde les 16:00 tomando cacharros con los del trabayu. Pero soy asturinu, coño, ¡iba bien, ho!”
Tras practicarle la prueba de la alcoholemia, Pelayo arrojaba una tasa de 2,4 gramos de alcohol en sangre, por lo que tenía las funciones motoras mermadas en el momento del accidente. Además, llevado por el ambiente festivo de la jornada, para deleite de sus compañeros de trabajo, el asturiano trataba de bailar el Xiringüelu en plena calle. Y fue entonces, cuando Pelayo perdía el equilibrio al hacer el baile, el momento en el que el fallecido se cruzaba en su camino. Un sonoro estruendo sacudía la Gran Vía madrileña, el asturiano caía brutalmente sobre el patinete y su conductor.
“Después del golpe desmayeme y no recuerdo más del accidente. Pero en cuando abrí los ojos, taba ya nuevu, ¡levánteme y pedí un Bacardí con cola! ¡Coño! Ye que empecé a ver tantes luces: de Navidad, de la ambulancia, de la policía… ¡que pensé que taba en el Model’s!”.