A las 8:15 am del día 6 de agosto de 2016, María Josefa Tena soltó una COLLEJA sobre su hijo Xurde Manzano. Tras la explosión se produjo una tormenta de fuego que duró tres horas y arrasó todo en un radio de 2 km desde el epicentro de la hostia criminal. Los daños ambientales, materiales y psicológicos aún se siguen sufriendo.
“Vaya collejón, hermano”, declaró Kofi Annan, Secretario General de la ONU. El Sr. Annan sabe lo que dice. María Josefa, una madre asturiana con la que no se juega, solmenó una colleja de una potencia de 12,5 kilotones con un poder de destrucción equivalente al de tres bofetones de una abuela de Logroño. Su hijo pequeño había mezclado azúcar con detergente, una inocente broma de no haber sido porque minutos antes su padre se pensaba tomar el habitual café de después de comer.
Y es que las collejas de madre asturiana han sido declaradas ahora ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA. Según Annan, el problema se agrava porque van dirigidas tanto a civiles como a militares y no buscan un objetivo específico, sino más bien un área concreta localizada entre el hueso del culo y la nuca, con efectos devastadores que te dejen la piel como si te la hubieren frotao con estropajo. «Si te pilla bien, vístete de torero», declaraba uno de los observadores en misión de paz de Naciones Unidas.
«Si durante la guerra fría las superpotencias amenazaban al mundo con misiles, hoy la comunidad internacional puede sentirse igual de amenazada por las collejas de madre» sostiene IVÁN «EL TERRIBLE”, uno de los máximos afectados por estas nuevas «armas de destrucción masiva». Iván es el típicu guaje traviesu que igual te rompe un cristal con la pelota que te lanza al hermanu pequeñu por la ventana. «Soy un criu, ¡si no faigo travesures ahora cuando les voy facer!» Se defiende Iván. «En memoria de las niños gamberros víctimas de las collejas criminales exigimos que cese la producción de estas hostias dañinas».
De momento la ONU recomienda seguir estas indicaciones en caso de peligro de COLLEJA CRIMINAL:
1. Si tu madre te pregunta «¿AYÚDOTE YO?» nunca nunca NUNCA contestar «SI».
2. Hacer caso omiso a tu madre cuando te diga «VEN, QUE NO TE VOY A HACER NADA».
LAS MADRES ASTURIANAS son tremendas, sus collejas más. Entre todos podemos salvar vidas.
No mires para otro lado, ella nunca lo haría.