Un hombre de 50 años HA PERDIDO SU MIEMBRO VIRIL en Mieres (Asturias) tras introducirlo en una botella de sidra y que se grangrenara después de días. Los médicos no tuvieron más remedio que amputar para liberarlo.
Según han informado fuentes del hospital, el hombre pasó una semana con su pene atorado en la botella; momento en el cual notó algo extraño. “Coño, ¿qué tengo en la PIRULA?”, fueron sus palabras.
Entonces hizo lo que haría cualquier persona normal: desayunar tranquilamente, pasar el aspirador, tomar el vermú y luego acudir al hospital. Allí, los especialistas del HUCA fueron los encargados de realizar tan extraña amputación durante la cual Ambrosio solo dijo una corta pero rotunda frase: “cuidao con los güevos”.
La operación fue larga y harto complicada: Varios efectivos de la guardia civil se personaron en el quirófano para desalojar a la gente y miembros del Samur velaban porque no se produjeran avalanchas humanas. 3 ingenieros midieron y calcularon toda la obra y los aparejadores consolidaron la estructura. Luego ya todo fue coser y cantar con tres martillos hidraúlicos y dos trailers cargando ESCOMBRO.
Y aunque no se ha hecho público el nombre del protagonista del suceso, que se sabe es AMBROSIO TUDELA SANCHIS, autónomo casado, con 3 hijos y que vive en la calle Roma de Mieres, en el número 4, 2ºB, si se le quiere dar notoriedad al hecho porque las autoridades piensan que es beneficioso informar de los peligros que pueden tener los hombres si introducen su órgano sexual en sitios extraños como botellas, marañuelas o casadiellas. En oricios no pasa nada. De verdad… eh, bueno. Creo. No lo sé, ¡eh! Nunca he probado… ejem. NO.
ÚLTIMA HORA: Milagrosamente Ambrosio se le ha reproducido el pene de manera natural. El mierense despertó a las 8:00 de la mañana y se lo encontró enroscado al cuello. Como él mismo señalaba: “es que mi madre era UNA LAGARTA, igual tuvo algo que ver”. Ahora Ambrosio ha prometido no volver a introducir su miembro en una botella de sidra. Pero de meterla en un oricio no ha dicho nada. Que no digo que se pueda. Pero a lo mejor si… no sé.