Marcha al Xiringüelu en agosto y regresa a casa en noviembre

“Tira padentro, que te suelto una hostia que te visto de torero”. Esas fueron las emocionadas palabras de Purina a su recién aparecido hijo. Eran más de 3 meses sin saber de él desde aquellos primeros días de agosto en los que Pelayo decidió ir al XIRINGÜELU con los colegas.

Lo cierto es que pasó un tiempo hasta que la familia se percató de la falta del primogénito. Como dice su madre “que tarde una semana en regresar de una FOLIXA ASTUR ye entendible, pero ya iban 15 días…”.

Ahí la preocupación comenzó a adueñarse de la familia, que contactó entonces con la policía y esta inició ipso facto la búsqueda. El sargento Aguirre nos da algunas claves para localizar a personas desaparecidas: “Es importante actuar rápidamente. Baja al CHIGRE y busca”.

Como Pelayo seguía sin aparecer, la familia Ardura alertó a los medios de comunicación y contrató un investigador privado. La madre le dio una foto del hijo y el detective fue muy claro: “señora, ¿con ese aspecto está seguro que quiere encontrarlo? Qué feo es el cabrón…” Pero feo o no, la familia le había cogido cariño y quería hallarlo.

Empezaron entonces a aparecer informaciones sobre el paradero del guaje que hacían presagiar lo peor: el día de su desaparición llevaba un pañuelo azul al cuello, una caja de sidra y la camiseta de: “la que no folle que no moleste”. Carne de FOLIXA. Sin duda. Pero folixa de las épicas.

“Luego contactamos con Paco Lobatón y miramos en EBAY, porque el mi sobrin informático diz que ahí encuentres de todo…” decía la madre. “Secuestralu sabía yo que no, porque una vez que lo llevaron los del circo devolvieronlu por Seur”, decía el padre.

Y Pelayo apareció. 170 días después y dando tumbos. Cuando le preguntaron dónde había estado, contestó que en les 500 fiestes de prau de después del Xiringüelu. Cuando le preguntaron qué había hecho, contestó que chumar sidra como un burro. En ese momento el padre le soltó un bofetón de 7,2 grados en la escala ritcher y llorando dijo: “¿te parece normal esto? ¿Volver a casa 100 días después? Pelayo replicó sollozando “NO”. A lo que el padre añadió: “Cagon mi madre, ¡claro que no! ¡Un verdaderu ASTURIANU vuelve a los 300! ¡Yes la vergüenza de la familia!”. Y le dio otro bofetón. PUXA.

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