La comunidad científica mundial se despertaba esta mañana conmocionada por una noticia ocurrida en el Principado. Hoy, 21 de febrero de 2018, a las 8:42 horas de la mañana, tras parto natural y con 3’2 kilos de peso, nacía en Oviedo Andrés Taboada Castañón: el primer ser humano con branquias.
Si bien en un primer momento algunas voces advertían que podía tratarse de un bulo, posteriormente, a las 12:00 de la mañana, fuentes oficiales confirmaban la veracidad del caso. El doctor Javier Arenas Ramírez, jefe de obstetricia del hospital, y los propios padres de la criatura, daban una multitudinaria rueda de prensa para presentar al mundo a “Andresín”. Durante dicha presentación pública, y tras el oportuno turno de preguntas, soltaban al recién nacido en un tanque de agua transparente para comprobar su capacidad de respirar bajo el agua. Algo insólito, pero que no deja de demostrar la teoría de evolución y selección natural de las especies.
“¡La verdá ye que llevamos un 2018 que no para de llover! Yo al guaje… no sabía ya si compra-y una cuna en Ikea, ¡o una piragua en Decathlon! Y cuando vimos que venía con branquies… ¡fue una alegría muy grande pa la familia!”
Nos contaba el padre del pequeño, muy orgulloso a la salida del hospital. La prestigiosa revista especializada “Investigación Ciencia y Folixa”, acaba de publicar un artículo que no deja lugar a dudas: el nacimiento de Andresín, significa un nuevo paso en su evolución del hombre, siendo el primer caso del “Homo Sapiens Asturiens”
Según pudo averiguar este medio, el recién nacido está plenamente adaptado a la vida en Asturias. Y no solo tiene branquias para vivir en el agua, también nacía con el brazo derecho hiperdesarrollado, para levantar la botella de sidra, y un segundo estómago para digerir con facilidad las copiosas espichas.